Cicuta News - Internacional - 22/06/2020
Rusia y Estados Unidos, las delegaciones de ambos países reanudaron el lunes 22 de junio en la ciudad de Viena los diálogos en torno al último acuerdo de desarme y control de armas nucleares, negociaciones amenazadas por la insistencia de EEUU de incluir a China, que se rehúsa a unirse al pacto argumentando que su arsenal atómico es mucho menor que el de ellos y Rusia.
El representante estadounidense para asuntos de desarme Marshall Billingslea, y el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Riabko, sobre la que sería la tercera prorroga del New Start o Tratado de Reducción de Armas Estratégicas.
La Administración Trump insiste en que China también debe sumarse a un diálogo que durante décadas ha sido bilateral.
Por su parte, China, cuyo arsenal nuclear se expande rápidamente, dice que su armamento sigue siendo muy inferior al que poseen las dos potencias y se ha rehusado a sumarse al acuerdo, en medio de múltiples tensiones con el presidente Donald Trump.
Rusia, mientras tanto, ha propuesto simplemente prorrogar el New Start para dar más tiempo a negociar. El embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, dijo ser “bastante pesimista”.
Rusia y Estados Unidos aún poseen más del 90% de las armas nucleares existentes en el mundo
actualmente, según el último informe del Instituto Internacional de Investigación de Paz de Estocolmo (Sipri), Washington tiene unas 5.800 ojivas nucleares y Moscú unas 6.375, al tiempo que China dispone de 320, Francia 290 y el Reino Unido 215.
Ante estas cifras y la poca esperanza, Daryl Kimball, director ejecutivo de un centro de control de armamento de Washington, dijo que la insistencia de Estados Unidos por incluir a China puede tener otra intención.
De acuerdo con los expertos presentes en Viena, Rusia respondió a la idea de Washington de sumar a China, proponiendo que también participen aliados estadounidenses como Francia y Gran Bretaña.
La última prórroga fue firmada por el presidente Barack Obama en 2010, limita el número de armas nucleares estratégicas de Rusia y Estados Unidos a un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos en aire, tierra o mar.
El New Start, que se inscribe dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, es considerado por los expertos como la herencia de la Guerra Fría.
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