Cicuta
Jaime Flores Martínez
Querendón
Agobiado por las presiones económicas y políticas, el secretario de salud de Baja California Alonso Pérez Rico se proyecta atragantado por su propio discurso.
Y es que “el médico querendón” (como lo llama el gobernador Bonilla), busca desesperadamente una fórmula para esquivar las críticas que se avecinan por el inminente aumento de contagios de Covid 19.
En cuestión de días estallarán los efectos del llamado Baja Beach Fest, un multitudinario concierto realizado a mediados de mes en Rosarito BC.
Un experto en el tema estima que durante los conciertos de reaggeton asistieron unas 100 mil personas, la mayoría jóvenes de Estados Unidos.
Mientras que los organizadores aseguran que a los asistentes se les exigió la presentación de su comprobante de vacunación (o la prueba negativa reciente de Covid), una buena cantidad de asistentes no portaron cubrebocas.
La pequeña alcaldesa de Rosarito Aracely Brown sólo atinó a decir que “la utilización del cubrebocas es un asuntito cultural”, e irónicamente ella no portaba cubrebocas.
Esto pone en evidencia que a doña Araceli le faltaría cultura (o le sobra ambición).
A dos días del evento, el secretario de salud Alonso Pérez Rico se veía agobiado por la presión pues resultaba obvio que este magno evento contradecía su intermitente discurso de “Cuídense por el amor de Dios”.
¡Cuál “distanciamiento social”, si los asistentes al evento estaban eufóricos abrazados!
Hasta el más ingenuo supone que las presiones obligaron a Pérez Rico a entender que el Baja Beach Fest tenía que realizarse.
La derrama económica que arrojó se estima en unos 100 millones de dólares, pues en 2 semanas los hoteles de Rosarito, Tijuana y Ensenada estuvieron saturados.
Por poner un ejemplo de la cantidad de dinero que dejó este festival, habrá que decir que las personas que llegaron en automóvil debieron pagar 30 dólares por día o 100 dólares por 5 días de estacionamiento.
El secretario de Economía Mario Escobedo Carignan mostró que la economía es más importante que la salud al confirmar que el evento fue todo un éxito.
Mientras el secretario de salud se revolvía en su intento de justificar la autorización de un evento multitudinario en plena tercera ola de la Pandemia, el gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez informaba que los organizadores habían invertido 11 millones de dólares en la preparación del evento.
En un esfuerzo por buscar justificar su discurso diario, alguien debe decir que el secretario de salud Alonso Pérez Rico estará a finales de mes con los dedos en la puerta.
La ola de contagios de Covid estallará a finales de mes en Baja California y deberá cambiar su
discurso de “Cuídense por el amor de Dios” a “Encomiéndense a Dios”.
Ah
Por cierto, el fin de semana hubo conciertos en el Valle de Guadalupe en Ensenada.
Las autoridades de salud del Estado —de entrada—no lo autorizaron, pero de último momento dijeron “Si”.
La confusión resultó en que los eventos fracasaran.
El doctor Alonso Pérez Rico no da una.
AMLO
En unos cuantos días el presidente López Obrador rendirá su tercer informe de gobierno en medio de un desgaste político innegable, aunque con niveles de popularidad altísimos.
Analistas políticos destacan la consulta pública denominada “revocación de mandato” que es un ejercicio que se realizará en marzo próximo.
La visión de esos analistas (AMLO los llamaría adversarios) es que esa consulta es más una estrategia propagandística, pues AMLO fue electo para gobernar 6 años y apenas va a la mitad.
Positivo
Vaya el más auténtico reconocimiento a los integrantes del heroico cuerpo de bomberos del país, quienes celebraron su día el domingo pasado.
Aunque la impresión generalizada es que los bomberos se especializan en combatir el fuego, la realidad es que su especialización está en el “rescate” (ante cualquier circunstancia). Muchas felicidades y el más amplio reconocimiento.
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