Cicuta
Jaime Flores Martínez
Leyzaola
Lunes 8 de julio del 2024.- Pertrechado en un amparo otorgado por la justicia federal, el teniente coronel en retiro Julián Leyzaola Pérez se frota las manos para poder abusar de la gente de nuevo desde la titularidad de la Policía Municipal de Tijuana.
¡Lo que la mayoría ignora es que Leyzaola debe muchísimo más!
Nadie menciona la recomendación de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) numero 6/2010 por la tortura que aplicó Leyzaola a 5 jóvenes a quienes responsabilizaba del asesinato de un policía.
Una de las víctimas detalló ante la PDH la forma en que el entonces jefe de la Policía los humilló, los insultó y los torturó.
Esta recomendación fue rechazada por el entonces alcalde panista de Tijuana Jorge Ramos Hernández, el mismo que ahora lo impulsa para que regrese por sus fueros en el siguiente gobierno morenista que encabezará Ismael Burgueño Ruiz.
Este último se atropelló al afirmar que “Leyzaola es el único nombramiento en su gabinete que dará por el momento”.
Si acaso alguien desconoce los antecedentes de Julián Leyzaola Pérez, baste decir que por años fue prófugo de la justicia pues se pudo comprobar su responsabilidad en el delito de tortura en 2 ocasiones (de más de una docena).
Resulta que este hombre fue el director —y después— secretario de Seguridad Pública de Tijuana durante el gobierno del panista Jorge Ramos Hernández (quien ahora es verde-morenista).
Es tan prepotente Julián Leyzaola que despreciaba, humillaba e incluso torturaba a los policías por puro gusto.
Durante su gestión, la vida de los policías municipales tenía el costo de una simple lenteja, pues en ese periodo ejecutaron a decenas de uniformados.
Quizá alentados por el trato que les daba Leyzaola, los delincuentes llegaron al punto de cortar la cabeza a una decena de uniformados y — en una acción aterradora—colocaron las cabezas en circulo en un predio de la colonia en Seminario de Tijuana.
Un uniformado que en ese tiempo prestaba sus servicios en la corporación, le confió al columnista que muchos de sus compañeros le tenían más miedo a Leyzaola que a los delincuentes.
Quienes recuerdan la ola delictiva en Tijuana del 2008 y 2009 seguramente recordaran que las patrullas circulaban en convoy de 3 y con los códigos prendidos.
Ese mismo policía dijo a Cicuta que la orden de circular de esa forma en la ciudad la giró Leyzaola, aunque los policías entendieron después que se trataba de una estrategia para dejarle más campo de acción a la delincuencia.
Por una parte, el teniente Leyzaola los tenía más controlados y por otra les daba más espacio a los mañosos.
Por esos días delincuentes atentaron contra la vida del jefe policiaco, aunque resultó ileso.
Un uniformado que terminó en una prisión de Nayarit dijo —en ese momento— que el mentado atentado en realidad fue un montaje para que su imagen quedara como la de un héroe.
El asunto es que refugiado en el cuartel militar, el teniente coronel utilizaba las instalaciones castrenses para recluir policías municipales a su cargo y torturarlos para buscar que se reconocieran al servicio de alguna organización criminal.
Aunque los propios policías de aquel momento aseguraban que fueron decenas las personas torturadas (la mayoría policías), solamente se interpusieron 2 denuncias penales por el delito de tortura ante la entonces Procuraduría General del Estado de Baja California.
Una de las denuncias fue interpuesta por el agente José Luis Hernández Gálvez, quien fue torturado por Leyzaola y oficiales a su servicio entre ellos el capitán Gustavo Huerta Martínez.
Al igual que otros tantos policías, Hernández Gálvez fue conducido hasta un separo del cuartel militar donde fue desnudado y torturado de manera humillante e inmisericorde.
La otra denuncia fue presentada por la ciudadana Blanca Mesina, cuyo fallecido padre fue elemento policiaco y salvajemente torturado por Leyzaola.
Además de las denuncias penales presentadas contra el susodicho, la entonces Procuraduría de Derechos Humanos de Baja California (PDH) integró expedientes que se replicaron incluso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Fueron tan contundentes las pruebas contra Julián Leyzaola Pérez que un juez giró un par de órdenes.
Mientras hace unos días la Fiscalía General de Justicia señaló que no existe impedimento legal para que Leyzaola ocupe un cargo en el próximo gobierno, el alcalde electo Ismael Burgueño tiene obligadamente que cumplir el compromiso moral de cambiar su intención de poner a Leyzaola como director de Seguridad Pública de Tijuana,
Seguro que Burgueño sabe que Leyzaola anda en libertad porque un juez federal le otorgó un amparo, pero anda suelto no precisamente porque sea inocente.
Burgueño tampoco sabe que “su asesor” Jorge Ramos no quiso recibir la recomendación que en su gobierno le mandó la PDH.
Tampoco sabe que esa recomendación “está viva” en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al igual en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene vivas las denuncias de Hernández Gálvez y de Mesina.
En resumen, Ismael Burgueño debe dejar de ser un títere de Jorge Ramos (hoy diputado local electo por el PVEM) y ponerse en los zapatos de las víctimas de Julián Leyzaola Pérez.
Positivo
Qué bueno que la ciudad de Los Cabos BCS, contará en breve con un Centro de Rehabilitación Teletón, donde los niños que necesiten rehabilitación podrían ser atendidos.
La semana pasada el presidente de la Fundación Teletón, mandó un mensaje de agradecimiento a todas las personas que hacen posible la construcción del CRIT número 27 en suelo mexicano.
Aunque poco se sabe, hasta los mexicanos que viven en Estados Unidos resultan beneficiados en la atención a sus menores hijos.
El CRIT que opera en Tijuana es sede de ese beneficio.
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