top of page

El regreso doloroso, comenzar de nuevo...


Por Daniel Lee Vargas

Ciudad de México, 30 de marzo 2025.- El sonido del avión al aterrizar es sólo el preludio de una nueva realidad. Para muchos de nuestros paisanos que enfrentan la deportación, el regreso a su país de origen es un choque entre el pasado que dejaron atrás y un presente incierto lleno de preguntas: ¿Cómo reconstruir la vida desde cero? ¿Cómo sanar las heridas de una separación forzada?

La deportación no sólo impacta al individuo, sino que trastoca las raíces de toda una familia. José, un padre de familia deportado después de quince años en Estados Unidos, describe el dolor de abandonar la casa que con tanto esfuerzo construyó. “Es como si me arrancaran de mis hijos; ahora tengo que aprender a ser papá desde lejos,” dice entre lágrimas. Sus hijos, nacidos en territorio estadounidense, lo ven a través de una pantalla, su voz mediada por la frialdad de la tecnología.

En México, el desafío se multiplica. Adaptarse nuevamente a un sistema económico donde encontrar trabajo es una lucha diaria y enfrentarse al estigma de ser “el que volvió” pesa sobre los hombros de cada deportado. María, una madre deportada con tres niños, enfrenta la tristeza de sus hijos que extrañan la escuela y los amigos que dejaron atrás. A pesar de las dificultades, ella busca pequeñas oportunidades: vende ropa en los mercados locales, esperando que cada moneda sea un paso hacia una vida digna.

El duelo de los deportados va más allá de lo material; es un duelo identitario. La sensación de pertenencia, fragmentada entre dos mundos, les recuerda que son ciudadanos de aquí y de allá, pero sin un lugar que verdaderamente los reconozca. Este proceso emocional se entrelaza con la lucha por integrarse nuevamente a su comunidad de origen, muchas veces marcada por la incomprensión y el rechazo.

Sin embargo, la resiliencia de estos migrantes es poderosa. Algunos encuentran refugio en redes de apoyo comunitario, donde otros deportados comparten sus historias y ofrecen guía para enfrentar las adversidades. La reconstrucción también puede convertirse en una oportunidad de cambio; organizaciones en México trabajan para proporcionar herramientas educativas y laborales, ayudando a que los deportados retomen su camino con dignidad.

“El regreso doloroso” es una historia de pérdida y esperanza, de lucha y resistencia. Es un recordatorio de que la migración, aunque dolorosa, nunca pierde su esencia humana. Para José, María y tantos otros, el desafío de reconstruir no sólo significa comenzar de nuevo, sino también redescubrir la fuerza que reside en sus raíces y en el amor por sus familias. Aunque las fronteras dividan, el espíritu de quienes luchan por una vida mejor trasciende cualquier límite.

Sígueme en mis redes sociales. ABRAZO FUERTE

X @DANIELLEE69495

Comments


Entradas recientes
Imagen de WhatsApp 2025-02-12 a las 13.24.06_94400857.jpg
bottom of page