Cicuta Noticias - 18/03/2020
Columna: Cicuta
Jaime Flores Martínez
Complot
Practicante de una torpeza que parece patológica, la titular de la Secretaría de Honestidad y la Función Pública Vicenta Espinosa Martínez “abandonó” el lugar y salió tan apresurada que olvidó las evidencias.
¡Doña Vicenta cobija a los corruptos por no afectar a MORENA!
Sépase que el pasado viernes, doña Vicenta acudió a la reunión convocada por el Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), donde se tendría que explicar el resultado de sus investigaciones sobre “los moches” (sobornos a empresarios) y sobre el caso del diputado Miguel Ángel Bujanda, señalado como corrupto, además de la notaría que recientemente el gobernador Jaime Bonilla le regaló al ex gobernador priista Xicoténcatl Leyva.
Vicenta habría instruido al consejero Ricardo Zurita para que escupiera la supuesta ilegalidad de esa sesión.
Vicenta aprovechó esos dimes y diretes para exigir la suspensión de la reunión, y así zafarse de dar explicaciones sobre su complicidad con los corruptos.
La mujer salió tan apresurada que olvidó en su asiento “las tarjetas” que contenían lo que —momentos antes— dijo a gritos el consejero Zurita.
¡Fue un complot para reventar la sesión!
Ese mismo día Cicuta charló con el presidente del Consejo Coordinador del SEA Francisco Fiorentini, quien debió aceptar que al reventarles la sesión los habían “chamaqueado”.
Sépase que incondicionales de la señora Vicenta subrayan que la funcionaria está molesta por las recientes publicaciones de Cicuta, donde se ha señalado que estaría dispuesta a inmolarse antes de reconocer que en el gobierno de MORENA se registran actos de corrupción.
El asunto es que esta mujer debe entender que la sociedad estima que, al proteger a los corruptos, ella misma se asume corrupta.
No es posible que la titular de la Secretaría de Honestidad y la Función Pública haga todo para intentar esconder la corrupción existente.
Positivo
Qué bueno que el personal de la aduana de Tijuana se conduzca con educación ante los ciudadanos.
Si algún automovilista que ingrese a México por la garita del chaparral, le toca el semáforo rojo, seguramente tendrá que escuchar al agente asignado a ese sitio.
Hace algún tiempo era común encontrarse a personal prepotente y grosero.
Ahora, en términos generales, el personal se dirige con atención y con respeto a los ciudadanos.
La mayoría piensa que al menos se avanza en ese rubro.
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